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En su libro, Life the universe and everything, el escritor de ciencia ficción Douglas Adams, imagina a unos primitivos habitantes de la tierra, que adoptan a las hojas de los arboles, como moneda legal. llenan sus bolsillos de hojas, y luego, para que su  moneda suba de precio, Queman todos los bosques de la tierra.

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 “…Gracias. Desde que decidimos hace unas semanas adoptar la hoja como moneda de curso legal, por supuesto, todos nos hemos vuelto inmensamente ricos”.

Ford miró incrédulo a la multitud que murmuraba con aprecio por esto y toqueteaba con avidez los fajos de hojas con los que estaban rellenos sus bolsillos.

“Pero también”, continuó el consultor de gestión, “nos encontramos con un pequeño problema de inflación debido al alto nivel de disponibilidad de hojas, lo que significa que, según tengo entendido, la tasa actual tiene algo así como que tres bosques caducifolios compran un  maní ”

Murmullos de alarma llegaron de la multitud. El consultor de gestión les hizo señas para que bajaran.

“Entonces, para obviar este problema”, continuó, “y revalorizar efectivamente la hoja, estamos a punto de embarcarnos en una campaña de defoliación masiva y… er, quemar todos los bosques. Creo que todos estarán de acuerdo en que es un movimiento sensato dadas las circunstancias.

La multitud parecía un poco insegura acerca de esto por un segundo o dos hasta que alguien señaló cuánto aumentaría esto el valor de las hojas en sus bolsillos, luego soltaron gritos de alegría y le dieron al consultor de gestión una ovación de pie”.